lunes, 11 de abril de 2011

Bondage, ¿te han atado alguna vez? I

Practicado durante siglos por hombres y mujeres, el acto de impedir el movimiento de la otra persona en una relación sexual, ha florecido como medio de satisfacción para quienes buscan en la dominación el encantamiento erótico con el otro.
El bondage ha estado siempre presente, debes recordar las escenas de películas de épocas prehistóricas y primitivas, en las que el hombre ataba a la mujer del tobillo o muñeca para impedir que escapase. Más adelante, en el siglo XIX padres ataban las manos de sus hijos para evitar que éstos se masturbaran y actualmente, la mayoría de las películas pornográficas contienen escenas de este tipo de “juegos sexuales’’. Pero, ¿qué es específicamente el bondage?
El ser atado por pasión, según uno de los libros de la escritora de la colección latina del “Kamasutra” y articulista de la revista Playboy, Alicia Gallotti, “el término significa ligaduras y aunque se practica como parte del sadomasoquismo, el bondage puede ser un juego más en sí mismo. En sus versiones más suaves resulta estimulante a casi todo el mundo por su capacidad de sorprender."
"Despierta la intriga, genera sorpresa y excita no saber qué es lo que va a hacer la compañera de juegos, dónde tocará, besará o qué zona deseará estimular, sin que se pueda intervenir al estar sujeto. No obstante, como en cualquier tipo de práctica, antes de lanzarse a este juego hay que consultar al amante si lo desea y hasta qué grado de intensidad es posible llegar” continúa explicando Alicia.
Aumentando la tensión sexual
Dependiendo de la personalidad de la pareja, el bondage puede entregar diversos beneficios que van desde la descarga de adrenalina, el aumento de la tensión sexual, la liberación de las ondas Alfa (que son las que se emiten en estado hipnótico o de atención difusa), e incluso puede llegar a provocar euforia, dependiendo del nivel de tirantez de las ligaduras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

un blog vive de tus comentarios.