martes, 16 de diciembre de 2014

Deseo sexual masculino y deseo sexual femenino



Las opiniones acerca de las diferencias en deseo sexual de hombres y mujeres oscilan entre el tópico, que atribuye a los varones un deseo más intenso, y lo políticamente correcto, que niega la existencia de diferencias. Se trata de un asunto interesante al que los investigadores han prestado poca atención, de tan entusiasmados como han estado analizando los riesgos y peligros asociados a la sexualidad más que las vivencias o los aspectos positivos vinculados a la misma. En este post trataré de exponer algunas ideas sobre este apasionante tema.

Cuando se habla de deseo sexual, se suele hacer referencia a dos fenómenos que no son totalmente equivalentes: la propiocetividad, o la urgencia a buscar e iniciar actividad sexual, y la receptividad o excitabilidad, que sería la capacidad para mostrar interés por el sexo ante ciertos estímulos facilitadores. La evidencia empírica indica que mientras que la propioceptividad se mostraría muy dependiente de los niveles hormonales (testosterona en el varón y estrógenos y testosterona en la mujer), la excitabilidad es relativamente independiente de los niveles de hormonas gonadales, y por ello estaría presente en los años que preceden a la pubertad.

Es bien sabido que las mujeres tienen niveles más bajos de andrógenos, y que experimentan unos niveles elevados de estrógenos sólo durante algunos días del mes. Por el contrario, los hombres tienen niveles más constantes y más altos de andrógenos. Aunque ello ha llevado a muchos autores a sugerir que los hombres muestran un mayor deseo sexual, tal vez sea más correcto apuntar a que las diferencias son de carácter cualitativo, ya que las mujeres presentarían un deseo sexual no menos intenso sino menos constante, puesto que aparecería con mucha intensidad pero sólo en algunos momentos del ciclo menstrual. En esos días la mujer mostraría tanta urgencia como el hombre a buscar contactos sexuales, pero en los restantes su deseo sería menos propioceptivo y más receptivo o dependiente de la estimulación externa.

Esto podría explicar por qué la situación y el contexto parecen desempeñar un papel más importante a la hora de estructurar los deseos y conductas sexuales de las mujeres, que mostrarían una mayor plasticidad sexual que los hombres. Por esta plasticidad quiero decir que la sexualidad femenina es más maleable y cambiante, más responsiva a factores sociales, culturales e interpersonales, más sujeta a cambios en respuesta a circunstancias externas y más variable a lo largo del ciclo vital. No es extraño, si tenemos en cuenta esta dependencia contextual, que los consistentes mensajes que aún suelen recibir las niñas, por parte de instituciones religiosas o educativas, los mass media, o incluso las familias, con respecto a lo inapropiado que resulta el mostrarse sexualmente activas tenga consecuencias negativas sobre cómo viven su sexualidad. Por poner sólo un ejemplo, la disfunción sexual más frecuente entre las mujeres estadounidenses es la ausencia de deseo sexual, reconocida por una de cada tres mujeres de más de 18 años.

Otra interesante diferencia cualitativa entre sexos es que esta mayor plasticidad femenina hace que las mujeres muestren una mayor capacidad que los hombres para experimentar patrones de atracción bisexual, pues entre ellas es mucho más probable la coexistencia de deseo hacia el mismo y hacia el otro sexo. Muchas mujeres experimentan esta atracción por personas de su mismo sexo en algunos momentos de sus vidas y no describen esta atracción como una fase temporal, sino como una experiencia surgida en unas circunstancias concretas con una persona en particular, lo que apunta claramente a esa mayor plasticidad.

Pues bien, teniendo en cuenta estos datos ¿quién se atreve a defender la superioridad del deseo sexual masculino? Yo desde luego no.

lunes, 8 de diciembre de 2014

los seis errores que cometen las mujeres a la hora de tener sexo




1.-No estar depilada
En el sexo como en otras facetas de la vida no todas las personas tienen los mismos gustos, pero la presencia de vello en algunas partes corporales pueden ejercer de desmotivante a la hora del sexo. No depilarse ingles, piernas o axilas, puede hacer que el hombre pierda en cierta medida el deseo hacia su pareja. En la mayoría de los casos, unas piernas o unas axilas peludas no resultan demasiado atractivas para los hombres. La preferencia general es por una mujer que cuida su imagen y presenta una piel suave y sexy.

2.-Ropa interior poco sexy
Una ropa interior poco sexy o sacada del armario de la abuela, que no resalta los atributos femeninos, nunca será la chispa que encienda la pasión. Posiblemente sea más cómoda, pero, con diferencia, la más antierótica del ropero de las féminas. Sino aportan demasiado a la hora de tener sexo, mejor cambiarlas por prendas íntimas más sensuales que realzan los rasgos de las mujeres y desencadenan el frenesí masculino.

3.-La pasividad ante el sexo
Tumbarte en la cama y esperar a que él lo haga todo es otro de los errores más frecuentes. Lo normal, como en la vida, es que tanto el hombre como la mujer alternen posturas con el fin de que los dos disfruten, descansen, trabajen, den placer y lo reciban. Tomar la iniciativa y dejar que la tome tu pareja sirve para que el sexo no se vuelva monótono y aburrido.
Además, tomar la iniciativa para tener del sexo desencadenará la pasión. Al hombre le gustará que sea la mujer la que decida mantener sexo y dé los primeros pasos, de modo que no sea el hombre quien se tenga que encargar siempre de ello.

4.-Siempre a oscuras
Negarse a mantener sexo a plena luz y hacerlo siempre a oscuras. Hay casos en que por vergüenza de mostrar su cuerpo o de ser vistas desnudas por un hombre, incluso en parejas de muchos años de relación, 'obliga' a los amantes a tener sexo a oscuras. Sin embargo, es un placer para el hombre el simple hecho de contemplar el cuerpo de una mujer desnudo, y más aún si es a la persona a la que quieren.
Aunque hayan pasado muchos años, dejar que tu pareja contemple tu cuerpo femenino hará que aumente el deseo sexual. En general, a los hombres les gusta el sexo a plena luz
.
5.-Planificar el sexo
Hacer planes sobre cuándo y cómo debe ser el sexo puede empañar una excitante relación sexual, así como quitarle toda la emoción y la sorpresa de la improvisación de tu pareja. Por ello, es mejor dejar que el sexo fluya y la pareja improvise sobre la marcha. No es aconsejable planear determinadas posturas ni ceñirse a unas pautas concretas. Hacer lo que apetezca a ambos amantes será más satisfactorio. Si quieres pedir a tu pareja una postura nueva o diferente pídeselo o insinúaselo pero que no altere la erótica del momento. Si crees que puede romper el momento es aconsejable comentarlo en otro contexto del día.

6.-Hablar de penes
Hablar de penes en la conversación entre jadeos que se da durante el sexo puede resultar un fiasco si en un momento dado se llega a la comparación. Más aún si el hombre que está practicando sexo sale malparado de la misma. Por ello, es mejor evitar las comparaciones o destacar los aspectos positivos del miembro viril.