martes, 15 de marzo de 2011

Swingers o "Te Amo, pero te comparto" I


El swinger es una actividad de parejas que nace de una relación estable, crece como fantasía de ambos, recorre el proceso de construcción de la confianza mutua, de la caída de los prejuicios y, superado ese momento, comienza el juego en la búsqueda de la primera experiencia.
A veces ese juego se extiende por años, otras su resolución es inmediata, pero de una u otra forma ese proceso hecho en conjunto por la pareja es la sal que da sentido a este estilo de vida. Llegar cada noche después de un encuentro y hablar con nuestra pareja sobre lo vivido, excitarse con los recuerdos, internalizarlos en el lecho, es abonar la intimidad de la pareja, hacer crecer la convivencia. ¿Qué sería del swinger fuera de la pareja?: nada. El hecho de estar en una cama con más gente puede ser muy reconfortante aunque no sea más que eso.
Algunos llaman a esto ¨partuza¨, ¨orgía¨ o ¨fiestita¨, pero si esas personas no son parejas estables no es un grupal o un encuentro swinger. Entre estas personas el momento de placer no se extiende más allá del tiempo en que se vive el sexo, mientras que en el caso de una pareja estable cada encuentro construye fantasías, emociones y recuerdos que son parte de la vida diaria y, en especial, de la intimidad de la pareja. Hay parejas ocasionales en el swinger, claro que las hay, tengamos en cuenta que una mujer y un varón que tienen la fantasía de estar sexualmente con otras personas, en el mismo lecho, ¿dónde pueden realizarlas que no sea en nuestro ambiente?: no hay espacios donde la gente se proponga esas cosas con naturalidad.
Conozco mujeres solas que nunca podrían vivir experiencias con varios hombres si no fuera a partir del ambiente, ¿o es que pueden -en un boliche común- decirle a tres o cuatro jóvenes que desea estar con ellos en una cama? Primero, no la tomarán en serio, segundo, puede pasar un mal rato. El sexo más allá de los límites socialmente estipulados requiere de
conciencia, y ella será tratada con poco respeto, seguramente. Así que algunas parejas llegan a acuerdos, se juntan y se venden como pareja real para integrarse a un grupo o intercambiar con otra pareja. La mayoría de los swingers detectamos fácilmente esa maniobra. En muchos casos dejamos pasar la cuestión porque sabemos que no nos cruzaremos más con esa virtual pareja y que nunca llegarán a ser parte del todo del swinger, de su lado social, de la construcción de amistades, y que rebotarán con gran parte de las parejas que son meticulosas a la hora de intercambiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

un blog vive de tus comentarios.