sábado, 8 de enero de 2011

posiciones sexuales I

Cara a cara: Postura clásica y universal, pero no por eso aburrida, el cara a cara permite una infinidad de variantes para hacerla más atractiva y excitante. La movilidad de las manos, la cercanía de los rostros y la comodidad de los cuerpos son las ventajas que la hicieron famosa. No hay que temer probar nuevos tipos de contacto durante el coito: que ella toque los glúteos y el ano de su compañero, que él frote el clítoris de la mujer o que ella misma lo haga, que las piernas de ambos estén más cerradas para sentir cierta dificultad en la penetración.... Es una posición que muchos identifican con el amor y el romance, los comienzos de una pareja, la adolescencia... pero vale la pena experimentarla en todas las etapas de la vida sexual y sacarle el jugo a sus ventajas.
El arco: Variante del "Cara a cara", el arco es una posición que, a través de una pequeña variante, modifica las sensaciones al extremo. La mujer permanece acostada boca arriba con las piernas abiertas y flexionadas, apoyando sus brazos detrás de los hombros. Cuando su compañero esté listo para penetrarla, eleva sus caderas y se posa sobre las piernas flexionadas del compañero. El placer que ella recibe se centra en la penetración profunda y en la particularidad de sentir toda la zona vaginal y abdominal envuelta de la piel del hombre. El cansancio que se experimenta al mantener la posición se ve recompensado con la potencia del orgasmo que puede provocar.
Clásica Mujer dominante: Esta postura clásica también se realiza con la mujer en la posición dominante, lo que resulta muy excitante para muchos ya que modifica sustancialmente lo tradicional en la "Cara a cara" que es el hombre sobre la mujer. De esta forma ella puede frotar su clítoris en el vientre de su compañero con más facilidad y según su antojo. Es ideal para las mujeres a las que les cuesta llegar al orgasmo y necesitan una estimulación muy directa del clítoris y los labios vaginales. Además el hombre puede tocar impunemente los glúteos de su compañera, meter sus dedos en el ano de ella y atraerla hacia su cuerpo con fuerza tomándola de las nalgas.
Profundidad: Esta es una posición de penetración total, de allí su nombre. Con las piernas elevadas y abiertas, ella aguarda a que su compañero introduzca el pene en su vagina para calzar sus piernas en los hombros de él, que apoyará sus manos para regular el movimiento. A muchas mujeres puede parecerles complicada, incómoda o dolorosa la visualización de esta postura, pero vale la pena probarla porque ofrece la penetración absoluta y un contacto genital único: los testículos se posan suavemente entre los glúteos y el clítoris se encuentra presionado por la abertura de las piernas. La dificultad para besarse y la distancia de los rostros pueden ser ampliamente excitantes para ambos.
Deleite: Ella se arrima al borde de la cama o de una silla. El se arrodilla para dejar su pene a la misma altura que la vagina de ella, que se abre de piernas para recibir el sexo de su compañero y echar su cuerpo para atrás en una sutil relajación. Al mismo tiempo, el cuerpo de él es envuelto por las piernas de ella mientras se ocupa de marcar el ritmo de la penetración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

un blog vive de tus comentarios.