lunes, 27 de enero de 2014

EL PLACER Y SUS TEORIAS

Somos analfabetos en cosas del cuerpo, del placer, del sexo y del amor.

Por ejemplo, ¿quién sabe cuáles son los cuatro grandes placeres? Y no me refiero a placeres concretos, sino a principios de placer. Son básicos, porque están en el erotismo, pero también en el arte o la literatura. Son universales.

El primero es el placer de anunciación. Qué escalofrío deleitoso produce la mujer hermosa que sabemos se va a desnudar. Cada paso, cada insinuación que haga, nos aumenta ese capital de placer. Lo mismo que cuando van a besarte en una parte muy sensible, y lo estás esperando con ansia. El buen amante da un rodeo, va acercándose lentamente, lo prepara con caricias. El placer que anuncia el placer a veces es más placer que el placer mismo.

El segundo es el placer de captura. Cuando entras en una historia, conoces algo, o cuando directamente penetras en el cuerpo amado. Sientes que has capturado aquello que deseabas y ello te da un gran placer.

Subsiguiente es el placer de repetición. Vuelves una y otra vez al mismo sitio, como ocurre con la música. Cuando el motivo de una sinfonía se va repitiendo estratégicamente, levantando el interés y el placer cada vez. O la fricción entre los sexos, que se quiere eterna.

Y el último, que todos podemos entender, es el placer de conclusión. Vale para el final de una ópera, para el último párrafo de uan novela, la escena final de una película, o el orgasmo compartido entre gemidos y estremecimientos. Concluir bien algo, saber coronar todas las especttivas y cerrar los lazos abiertos, es un arte. Sea donde sea.

Practica, descubre, no seas un analfabeto del placer.

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