lunes, 5 de marzo de 2012

Orgasmos Vaginales



Posición hombre arriba, cara a cara

Sensibilidad Vaginal

La razón por la que las mujeres experimentan distinto el coito vaginal en parte es por los diferentes grados de sensibilidad vaginal. La sensibilidad de la vagina a los diferentes tipos de estimulación, toque, fricción, y presión, varía de mujer a mujer. La sensibilidad de una vagina individual de una mujer también varía. Los dos tercios interiores de la vagina usualmente son menos sensibles al toque y la fricción que el tercio exterior, y éste es principalmente más sensible solamente a la presión. La sensibilidad también cambia con el tiempo al cambiar los niveles hormonales durante el ciclo menstrual, el embarazo, y con el uso de medicamentos, incluyendo los anticonceptivos. Como resultado el tipo de estimulación que disfruta una mujer en particular varía. Ella puede preferir la fricción de los dedos acariciando las paredes vaginales, un pene penetrando profundamente, la saciedad de un dildo grande, u otras formas de estimulación vaginal. Ya que la mujer no tiene control sobre la sensibilidad de su vagina ni sobre el tipo de estimulación a la que es más sensible, ella no debería culparse si su vagina es totalmente insensible, o si es sensible a una forma de estimulación distinta a la del pene; difícilmente esté sola.

Factores Anatómicos Adicionales

Mientras que muchas mujeres han asumido que el tamaño y ubicación de su clítoris influyen sobre el potencial orgásmico durante el coito, no se ha encontrado que exista ninguna correlación entre estos factores. Una mujer con un clítoris muy pequeño tiene las mismas posibilidades de experimentar el orgasmo durante el coito y otras formas de actividad sexual, que una mujer con un clítoris grande. La distancia entre el clítoris y la abertura vaginal tampoco influye sobre el potencial orgásmico de la mujer, aunque algunas almas descarriadas han usado cirugías para acortar esta distancia, causando resultados desastrosos por no comprender la complejidad de la anatomía de la vulva. Otras han asumido que el clítoris debería ser suficientemente estimulado por el movimiento de las labios menores, siendo este movimiento causado a su vez por el pene penetrando. Puesto que el tamaño y la forma de los labios menores de una mujer varían considerablemente, si los tiene, esto podría no ser verdadero en todas las mujeres. Los labios menores incluso pueden no estar en contacto con el pene durante el coito, porque típicamente están ubicados más cerca del clítoris que la vagina; tenga en mente que los labios menores formarían el tejido eréctil rodeando la uretra si el clítoris se hubiera desarrollado en un pene durante el desarrollo fetal. Cuando ocurren formas indirectas de estimulación, son raramente de suficiente intensidad o duración para resultar en orgasmo. Incluso es posible que "orgasmos vaginales" resulten de la estimulación del Punto-G  más que de la estimulación clitoridiana, significando que el clítoris y los labios no juegan ningún papel en absoluto.

Disociación

Otro factor que afecta a la sensibilidad de la vagina, es la disociación, la ausencia de una conexión conciente entre la vagina, o clítoris y vulva, y el cerebro. Las creencias y expectativas sociales usualmente no permiten que las chicas jóvenes y adolescentes exploren y estimulen su vulva y vagina, y pueden ser reprimidas o castigadas cuando lo hacen. En su lugar, se les enseña a ignorar, negar, o de otra manera a pasar inadvertidas a estas sensaciones, como si no existieran en absoluto. Puesto que estos son "lugares malos," solamente pueden provenir de allí "malas sensaciones," por lo tanto hacen lo que pueden para bloquearlas. Como resultado de no tocar ni estimular estas áreas, el cerebro y el cuerpo no aprenden cómo transmitir e interpretar los impulsos nerviosos de ellas. Esto deteriora mucho la capacidad de la mujer para experimentar el placer sexual.
Una mujer o su pareja pueden tocar y estimular estas áreas y ella no sentir nada, aun cuando impulsos nerviosos están llegando al cerebro. Si los impulsos nerviosos son débiles, porque las vías nerviosas no están desarrolladas por falta de uso, puede sentir poco o nada, o si los impulsos son fuertes pueden sentir dolor porque las sensaciones están más allá de los límites que el cerebro espera y puede manejar. Las sensaciones que experimenta no serán placenteras o eróticas. A su vez aprende a evitar el sexo en pareja o lo hace sencillamente porque se espera que lo haga.
Interferir o impedir el desarrollo sexual puede tener repercusiones importantes sobre el placer sexual de la mujer. La manera de superar esto es a través de la exploración y la estimulación. Estimulando estas áreas mientras se las mira en un espejo y concentrándose en el punto donde se toca, una mujer puede aprender a conectarse y ser más conciente y sensible a la estimulación vulvar y vaginal. Esto se hace mejor estando sola en un cuarto tranquilo sin distracciones. El uso de un dildo puede ser apropiado para la estimulación vaginal, aunque la retroalimentación provista por los dedos sería beneficiosa. La formación de esta conexión no es probable que ocurra durante una sesión simple de quince minutos. La clave es la estimulación frecuente, de cinco a quince minutos todos los días, y perseverancia. Algo para tener en mente es que no haya límites de tiempo o se pongan expectativas en estas sesiones de exploración, como una chica de cinco años. Cualquier descubrimiento debe ser una sorpresa total. Esto significa que la mujer no debe fijar límites o expectativas y sencillamente estar abierta a lo que sea que ocurra.

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