viernes, 31 de octubre de 2014

Sexo y energia erótica

el sexo entre dos personas
es un acto intimo de comunicación,
goce, contacto de piel y tacto.
Creo que la piel es el órgano que nos facilita
obtener la mayor parte del éxtasis sexual, ella
trasmite frio, calor, deseo, ella refleja cada
estremecimiento y devuelve cada sensación a la
piel del otro.
En general la estimulación durante cada encuentro
sexual tiene su origen en la piel y el tacto,
creo que si se está con alguien que nos despierta
deseos y pasiones el primer paso al placer es el
tacto sobre la piel, un beso, una caricia, un abrazo,
y a medida que se va llegando al climax los contactos
van explorando mayores espacios del cuerpo, pecho,
espalda, cuello y genitales.
Debo confesar que para nosotros es mas erótico y deseable
una compañera sexual que conozca nuestra debilidad en la piel y
se aproveche de ella para conseguir mayor placer sexual
cada vez que estamos juntos, que la compañera que se
remite exclusivamente al coito puro y duro.
Cada centímetro de piel que podemos sentir en un encuentro
sexual para nosotros es una ruta que nos conecta con el deseo,
el sudor, el rubor, el estremecimiento
como manifestaciones externas del placer elevan nuestra libido
hasta escalas de éxtasis que pueden ser casi comparadas
con el que se obtiene al vivir un orgasmo.
Confieso que incluso muchos de los orgasmos
que hemos vivido en nuestra vida, están mas relacionados
con la sensación de placer que nos produce el
contacto natural del sexo con la pareja, pues
la desnudez pone en contacto el cuerpo y el
alma, y debo decir que un orgasmo es más que
una simple sensación de
placer físico, es una situación en la que
las sensaciones y sentimientos se convierten
en algo único, se supera el ámbito físico
y el placer nos invade a raudales y resulta
tan intangible que por momentos creo superamos
a la humanidad y logramos ser etéreos despojándonos
de todo lo que nos hace simples cuerpos con
conciencia e inteligencia.
Por eso digo que el sexo es un intercambio de energía erótica,
pues no concibo un orgasmo meramente físico sino un orgasmo
que nos despoja de la simple cópula y nos hace participes
de la energía del universo.

martes, 28 de octubre de 2014

El punto G o el "Punto Grafenberg"



Es un órgano conocido por su capacidad
de provocar sensaciones de placer en
la mujer y de experimentar el orgasmo
con su estimulación.
Recibe su nombre por el ginecólogo
alemán Ernst Grafenberg que en 1980
investigó su existencia.
El científico alemán Ernest Gräfenberg,
fijó su atención en una pequeña zona de
tejido ubicada a unos cinco centímetros
de profundidad desde la entrada al
orificio vaginal, el cual se reconoce
al tacto por su rugosidad, cuya superficie
oscila entre los veinticinco y treintaicinco
milímetros y es extremadamente rica en terminaciones
sensibles.

Localización
Este órgano en la mujer, está situado en
los genitales femeninos, concretamente
en el interior de la vagina y al tacto
sería parecido al de un botón. Se ubica
exactamente detrás del hueso púbico y es
muy fácil de localizar después del
orgasmo ya que se convierte en una zona muy sensible.


Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de
las mujeres no son capaces de notarlo en su cuerpo,
razón por la cual en occidente se pone en duda su
presencia, y por este motivo se recomienda acariciar
 esta zona con mucha sutileza, utilizando preferiblemente
el dedo corazón, ya que este logra despertar la energía
[sexual] o Kundalini, llamada así en el tantrismo.
Para saber cual es el ritmo adecuado con el que se
debe tratar a esta zona sensible, como lo es el
punto G,

Iintenta el siguiente ejercicio de
estimulación del punto G:

- Una vez bien limpias las manos y mejor con
las uñas cortadas, utilizando un lubricante
(si se esta humeda, no es necesario), apoya
el dedo suavemente sobre el punto "G" dando
pequeños movimientos sobre él, cambia el
ritmo según el resultado obtenido.
Según el ritmo que utilizas y el placer
que te da será primordial para conocer
las sensaciones de placer.
Generalmente para la mayoría de las mujeres,
es mas fácil estimular el punto G en la penetración,
cuando se está encima o la están penetrando por atrás,
justamente porque el punto G es más fácil de ser alcanzado
en estas posturas.

No es de dudar entónces, que a las mayoría de las mujeres
prefieran estar arriba de la pareja para acelerar el orgasmo.
El ritmo variará en cuanto a la sensibilidad que se tenga,
si ha tenido penetración hace pocas horas atrás quizas el
punto G aun siga sensible y preferirá un ritmo mas lento.
Generalmente cuando no se ha tenido sexo hace un tiempo,
la mujer necesite un movimiento más rápido para despertar
la sensibilidad del Punto G y logre un orgasmo placentero.

martes, 21 de octubre de 2014

Placer, Orgasmos & Comunicación.


Una vez escuché a un hombre expresar una sabia frase: “Con las mujeres hay que tratar de a una, porque en grupo son indomables”. Con el tiempo me he dado cuenta de que este hombre tenía mucha razón. Llevo ya bastante tiempo trabajando con grupos de mujeres, donde se hacen talleres de diversos tópicos y se tocan variados temas que, de cierta forma y aunque existan diferencias socioculturales, unen y asemejan todas las problemáticas que como género femenino nos aquejan.
¿Saben lo reacias que son muchas mujeres cuando se habla de sexo?, ¿Saben la cantidad de rostros sorprendidos que observo cuando se toca el tema de la masturbación? Más todavía, cuando lo viven dentro de una relación estable? Quedé sorprendida cuando una mujer comentó: “¿Es normal que los hombres casados se masturben? Porque yo una vez pillé al mío en pleno y casi lo echo de la casa, ¡cómo se le ocurre si para eso estoy yo!”. Otra comentaba: “La masturbación es para los hombres, yo no lo necesito”.
Durante este tipo de conversaciones es que comenzaron a salir mil y un mitos respecto a la sexualidad. Fue ahí cuando se me ocurrió preguntarles a todas si habían experimentado algún orgasmo en su vida. Señoras y señores, no lo podía creer, muchas levantaron la mano, otras muchas no, pero muchas más respondieron: “Yo creo que sí”. Fue esta última respuesta la que más me impactó, y entonces les  pregunté: ¿Cuando estornudan se dan cuenta o creen haber estornudado? Todas asintieron que sabían, y les respondo “¡cuando uno tiene un orgasmo, sabe que lo tiene!”.
No se imaginan lo difícil que fue hacerles entender que si ni ellas conocen su propio cuerpo, menos lo va a conocer el hombre con quien comparten su intimidad. s en estas temáticas donde creo que nuestra sociedad cae directo en la ignorancia. Más allá de las situaciones recién expuestas, sino de la forma en que esto se transmite. Hay muchísimos libros, investigaciones y conocimientos respecto a la sexualidad. Hombres comentan entre hombres, mujeres entre mujeres, y hoy entre todos. ¿Pero que sucede cuando en pareja no se toca el tema? ¿Qué ocurre cuando en el sexo con nuestra pareja hay incapacidad para comunicar lo que nos gusta o no nos gusta? ¿Qué pasa cuando tememos expresar lo que está haciendo mal? Y cuando todo eso se junta y, por un mero detalle, ¿terminamos generalizando todo el acto como algo insatisfactorio?
Tenemos que aprender a comunicarnos, a atrevernos a exigir aquello que para cada uno es placentero y a la vez lo que nos provoca displacer. De la misma forma aprender a recibir críticas y lograr construir algo a partir de ellas. Enriquecer la relación a partir de sugerencias y de la misma forma, lograr actuar aquellas fantasías con las que quizá muchos/as han soñado, pero, “ay! ¡cómo le voy a pedir eso a mi señora!”, o “es que él cree que a mí me gusta que me toque tan fuerte” y yo intervengo: “¿Alguna vez le has dicho que para ti eso no es excitante?”. Y responde: “No, es que se va a sentir mal y se puede enojar”. Y entonces cuando lo anterior se repite por años, comienza la generalización: “Es que es aburrido el sexo con mi señora” o también “ya no me gusta hacerlo con mi marido, es muy bruto” Señoras y señores ¿cómo no va a ser aburrido si nadie expresa lo que para sí es entretenido? Y ¿cómo no va a ser bruto, si jamás le han dicho que lo que hace no es excitante? ¡Quizá el hombre juraba que lo hacía increíble!
Así queridos lectores, aunque suba el dólar, aunque aumente la inflación y aunque la economía esté inestable, los placeres más deleitables de la vida aún son gratis, ¡Comuníquenlo y sáquenle provecho!

Nerea de Ugarte López

lunes, 6 de octubre de 2014

¿El tamaño del pene importa?



Una de las preguntas más famosas y populares de todos los tiempos. Consideramos que el tamaño no lo es todo, pero cuenta. Muchas veces se dice: "Es más importante saber usarlo que si es grande o chico". Por supuesto, eso también es cierto, pero lo mejor sería que sea grande y también saber usarlo. Son importantes las caricias, la personalidad, la relajación, la erección y muchos otros factores, pero el tamaño es uno de ellos.

Entonces...¿El tamaño importa?

La respuesta es sí. El tamaño del pene en las relaciones sexuales SÍ importa.

Se dice continuamente que el tamaño del pene no importa. Oímos a médicos, sexólogos, periodistas y presentadores de televisión (amigos, parejas y demás) explicar que el tamaño no importa. Pero es una afirmación muy general, y bastante demagógica. Además esta respuesta se da siempre teniendo en cuenta únicamente la penetración vaginal, y el sexo es más que eso.

El tamaño del pene importa en las relaciones sexuales. No importa en las relaciones personales.

No es lo mismo ser alto que ser bajo, no es lo mismo ser gordo que delgado. ¿Importa desnudarse delante de una persona con la que se va a practicar sexo siendo muy gordo? ¿Y siendo extremadamente delgado? ¿Teniendo tripa? ¿Con un cuerpo atlético? Desde este punto de vista no es lo mismo mostrar un pene grande que un pene pequeño.

En el sexo el factor psicológico lo es prácticamente todo. Si una persona sabe que está siendo penetrada por un pene de 15cm no siente la misma excitación, que está relacionada directamente con el placer, que si sabe que está siendo penetrada por un pene de 9cm. Lo cual no significa que no pueda tener relaciones sexuales más que satisfactorias.

Penetración vaginal

Se considera que la vagina se adapta al tamaño del pene dentro de un rango de medidas, es decir, supongamos que introducimos un pene de 13cm, la sensación que los nervios de la vagina perciben es prácticamente la misma que si introdujésemos un pene de 15cm. Esto no es aplicable a cualquier medida, no es lo mismo introducir el dedo meñique en la vagina que un pene de 13cm de longitud y 6cm de diámetro, por ejemplo.

Penetración anal

El recto no se auto lubrica como la vagina, el rozamiento es mayor en la penetración anal. No es lo mismo ser penetrado/a por un dedo que por un pene de ... se me entiende ¿verdad? El tamaño importa.

Sexo oral

Hablando claro, no es lo mismo meterse en la boca un espárrago que un plátano. Tanto en longitud como en diámetro, creo que está claro que el tamaño importa bastante.

Masturbación manual

La sensación de contacto de la mano con un pene pequeño no es la misma que con un pene grande. Aquí, de hecho, no se aplica el mismo efecto que en la vagina, la mano no se adapta de la misma manera a diferentes tamaños. Aunque las terminaciones nerviosas de la palma de la mano no van permitir a nadie tener un orgasmo de esta manera, la sensación de estar masturbando un pene de tamaño medio o grande no es la misma si el pene es pequeño.

¿Qué conclusión podemos sacar de esto? En la sociedad actual, salirse de la media no está muy aceptado. Nadie quiere ser muy gordo, muy bajito, con la nariz muy grande. Tampoco se desea ser muy alto, muy delgado, con la nariz muy pequeña. Se desea la media. Con el pene es lo mismo, solo que preocupa más debido a la importancia que se le da al sexo en nuestras vidas, y al dichoso ego masculino.

¿Qué significa tener el pene pequeño?

Tener el pene pequeño es como tener la nariz o las orejas grandes o ser bajito. Nadie te va a despreciar por eso, tu pareja no va a irse con otra persona solo porque es más alto, o dejarte por alguien con la nariz más pequeña. Pero eso no significa que ser orejudo no importe. Es muy poco probable que tu pareja te abandone por un hombre con un pene solo porque tiene más centímetros de pene. Importa para unas cosas, no para otras. El problema es que se trata este tema siempre desde un punto de vista masculino, con un miedo horrible a herir el ego de los hombres. La gente, fea, calva, bajita, gorda, sabe que no tienen unas características atractivas para la mayoría de la gente. Y viven con ello. Tener el pene pequeño importa, pero no es para traumatizarse. Está claro que tu pareja puede pasárselo contigo en la cama mejor que con nadie en el mundo. Pero eso no significa que no importe el tamaño en el sexo.

¿Qué hacer si tu pene es pequeño?

Primero, el tamaño del pene varía según las razas, y los continentes. Así que la media para un país o una raza no tiene por qué ser extrapolable a otro país u otra raza. Segundo, los estudios de tamaño son de fiar hasta cierto punto. El, ya famoso, estudio sobre la media de tamaño de pene en España tiene que ser entendido solo como una estadística. Es decir, la media de la gente que participó en el estudio es de 13'5cm de longitud peneana. No tiene porqué indicar que la media real de todos los españoles adultos sea 13'5cm. Hay estudios, como la mayoría de los hechos en EE.UU. que no son de fiar ya por su planteamiento base.

En cualquier caso, no habría que compararse con una media nacional o no nacional. No estamos hablando de un examen para ingresar en la universidad. Si la media de tu país es de 5cm y tu pene mide 6cm ¿tienes un pene grande? No. Hay unos mínimos y unos máximos razonables que nada tiene que ver con la estadística. No voy a dar cifras porque se trata de un tema subjetivo, cada persona tendrá unos gustos propios.

Si consideras que tus pene más pequeño de lo que tú o tu pareja deseáis, acude a tu médico, él podrá orientarte mejor que nadie sobre métodos de alargamiento de pene sanos y eficaces. En caso de obtar por tu cuenta por métodos de agrandamiento de pene, aconsejamos no elegir aquellos que requieren cirugías, bombas de vacio o pesas, ya que pueden causar daño. En todo caso son recomendables los ejercicios naturales manuales.