jueves, 8 de septiembre de 2011

Facesitting o El Trono de la Reina


  
   Si eres un hombre o una mujer que disfruta dando sexo oral a mujeres, entonces probablemente alguna vez hayas fantaseado e incluso practicado el facesitting, una forma diferente de dar sexo oral, tremendamente excitante tanto para el que da como para la que lo recibe.
¿En qué consiste?
Facesitting es un término en inglés que quiere decir “sentarse en la cara”. Es una práctica sexual en la cual uno de los integrantes de la pareja (en general la mujer) se sienta sobre la cabeza del otro, de forma frontal o inversa con respecto a su cara, para permitir o forzar el contacto oral-genital u oral-anal. Aunque no necesariamente es así, es común que esta posición forme parte de BDSM, incluyendo dominación y sumisión.
En principio, esta modalidad de sexo oral no tiene nada de “raro” o de extraño. La sensación de poder que tiene la mujer y la supuesta sumisión masculina a esta práctica le dan al conjunto una connotación de ama-sumiso , o las distintas combinaciones que se quieran practicar, que nos parece muy interesante.
La mujer debe preocuparse sólo de su placer y satisfacción personal. La boca, labios, nariz y lengua masculinas no son más que puras herramientas destinadas a estimular su clítoris, labios, vulva y entrada vaginal.
Una práctica ancestral
Esta apasionante, y deliciosa práctica sexual tiene una ancestral y tradicional historia. Las damas de las dependencias medievales a menudo tenían pajes cuyo deber sería proporcionarlas "servicio" con su boca, labios y lengua bajo sus faldas mientras sus maridos estaban ausentes, permaneciendo así técnicamente fieles, puesto que solo se consideraban como infidelidades las relaciones con penetración.
Más de un joven tuvo su primera experiencia sexual con la cabeza bajo el trasero de su señora, la cual cabalgaba vigorosamente la cara de su siervo. Muchas jóvenes, todavía vírgenes, disfrutaban sus orgasmos en las bocas de algunos de sus siervos masculinos, como su más temprana experiencia sexual.
En las antiguas cortes chinas, se designaba un esclavo masculino bien entrenado, de larga lengua, para ser usado por las féminas de la realeza y las damas de la corte. Estas hacían uso de su esclavo con tanta naturalidad, como si de ir al servicio se tratase. El esclavo era convocado, follado en su cara, y una vez cumplía su cometido se le ordenaba marcharse. En el antiguo Japón, los prostíbulos solían incluir víctimas masculinas para tal uso por las chicas y mujeres clientas.
En la antigua Persia, se construyeron ingeniosamente unas sillas de tal forma que la cara del hombre reemplazaba al centro del asiento. Así, las damas podrían remangarse sus faldas, sentarse, cubrir el "escenario" con dichas faldas, y con suaves movimientos disfrutar de delicados y privados orgasmos incluso cuando había otra gente presente.
Viejos graffitis indios de corte pornográfico reflejaban escenas como esas, con mujeres en bata, obviamente en éxtasis, montando una cara masculina al tiempo que miraban su gran erección.
En tiempos más recientes, en occidente, muchas señoras y niñeras enseñaban a los chicos que tenían bajo su autoridad como satisfacer su entrepierna con la lengua. Muchos de estos chicos, asustados y acobardados conocieron íntimamente las partes bajas de la señora y sintieron la presión de sus muslos alrededor de sus cabezas.
Encubierto como un castigo y habitualmente seguido, o precedido de una buena azotaina, el trono de la reina tomaba lugar en condiciones de disciplina y severidad. La orden brusca, dada de forma altiva e inflexible por la señora, era seguida del levantamiento de esas faldas voluminosas, negras, y el descenso de sus fuertes, cálidas y húmedas nalgas sobre la cara del jovenzuelo. Qué Dios le librase si la señora no orgasmeaba de forma satisfactoria, ya que en ese caso vendría una severa azotaina con la vara o una fusta.
Para disfrutar al máximo
El facesitting lo podemos hacerlo en diferentes posturas y situaciones para gozar de distintos placeres ¿quieres saber más?
El facesitting lo podemos practicar tanto en cuclillas como apoyando las rodillas, obviamente esta última resulta menos agotadora. La que va a disfrutar del sexo oral puede estar de frente a la persona tumbada o bien de espaldas, en ambos casos se facilita enormemente el acceso de la lengua a la vulva, para así estimular los labios, clítoris y, por qué no, penetrar con ella en la medida de lo posible.
Desde el punto de vista hetero, y si se trata de un hombre que disfruta dando sexo oral, esta práctica resulta absolutamente excitante, combina grandes dosis de erotismo, lujuria y sumisión. Como juego previo y aún con las braguitas puestas pone a cualquiera a más de mil, si además usamos unas esposas para que sólo pueda emplear sus labios y la lengua pues se me acaban las palabras…
Con la suficiente higiene y si lo queremos probar, también es una buena postura para practicar el beso negro, es decir, estimular con nuestra lengua el ano de nuestra pareja, en tal caso mucho mejor si se coloca de espaldas. En el caso de estar de espaldas, esta postura suele llevar al mítico 69, ya que queriendo o sin querer fruto de la excitación una acaba masturbando y dando sexo oral a la persona que está tumbada.
 Mientras se realiza esta práctica, tanto la mujer puede masturbar a su pareja o ir cambiando la presión que ejerce con sus piernas sobre el que está debajo. La sensación de libertad y la introducción de la lengua en la vagina provocan que esta práctica sea muy placentera para ambos sexos.
Algunos asocian el facesitting con la pura dominación y juegos BDSM y lo cierto es que también puede formar parte de ello, por eso decía que depende de cómo se practique, al poner las esposas ya estamos jugando bondage y si a eso le sumamos alguna fusta, o nos inventamos una fantasía donde ordenamos y sometemos a nuestra pareja pues ya estaremos cruzando la delgada línea que separa ciertas prácticas habituales del injustamente denostado mundo BDSM.
Una excitante escena de facessiting la podemos ver en Room in Rome, la última película del director de Lucía y el sexo. Ahí vemos como Natasha da sexo oral en esta y otras posturas a Alba (Elena Anaya).